Me quedó:
el abrazo sincero de mi madre,
el silencio arropador de mi padre,
la risa de mis hijos,
el beso en el pasillo de mi amante.
el abrazo sincero de mi madre,
el silencio arropador de mi padre,
la risa de mis hijos,
el beso en el pasillo de mi amante.
Me quedó:
la riña especial de mis amigas,
la mano salvadora de otras tantas,
la fuerza para seguir adelante.
Me ha quedado la posibilidad de vivir
que se le ha negado a los ausentes.
Creo que, al final, lo tengo todo,
en realidad, lo que perdí nunca fue mío.
No se pierde o se gana,
cada minuto robado al tiempo es una ganancia.
Carmen Martagón
la riña especial de mis amigas,
la mano salvadora de otras tantas,
la fuerza para seguir adelante.
Me ha quedado la posibilidad de vivir
que se le ha negado a los ausentes.
Creo que, al final, lo tengo todo,
en realidad, lo que perdí nunca fue mío.
No se pierde o se gana,
cada minuto robado al tiempo es una ganancia.
Carmen Martagón
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