Aquí estoy,
ofreciendo mi espalda desnuda a la tristeza,
esperando ese calor que se desvaneció,
que no volverá,
que sólo es un recuerdo.
Aquí estoy,
en el rubor de este final de primavera,
esperando que el estío inunde de sol las madrugadas,
inunde mi piel,
me llene de nuevo.
No se si estaré,
cuando el frío se instale en los recuerdos,
y el calor no llegue a cobijarme,
cuando no pueda sentarme a esperar,
¡maldita espera!
Aquí estoy,
sin querer mirar atrás por si me pierdo,
y en el impulso de seguir quedan mis huesos,
aquí estoy, aquí;
y no quiero...
Carmen Martagón ©
en el rubor de este final de primavera,
esperando que el estío inunde de sol las madrugadas,
inunde mi piel,
me llene de nuevo.
No se si estaré,
cuando el frío se instale en los recuerdos,
y el calor no llegue a cobijarme,
cuando no pueda sentarme a esperar,
¡maldita espera!
Aquí estoy,
sin querer mirar atrás por si me pierdo,
y en el impulso de seguir quedan mis huesos,
aquí estoy, aquí;
y no quiero...
Carmen Martagón ©
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